En 1919, los protestantes conservadores norteamericanos consiguieron que se ratificara la enmienda XVIII, con la consiguiente aprobación de la Ley Volstead.
Un momento antes de la entrada en vigor de la Ley, el Senador Michael Volstead declaró: “Esta noche, un minuto después de las doce, nacerá una nueva nación” “el demonio de la bebida hace testamento. Se inicia una era de ideas claras y limpios modales. Los barrios bajos serán pronto cosa del pasado, las cárceles y correccionales quedarán vacíos, los transformaremos en graneros y fábricas. Todos los hombres volverán a caminar erguidos, sonreirán todas las mujeres y reirán todos los niños. Se cerraron para siempre las puertas del infierno”.