domingo, 18 de noviembre de 2012

La gacela, el león y el tolondrón

En los últimos tiempos el cuento africano acerca de la gacela y el león ha estado teniendo éxito en numerosas charlas destinadas a emprendedores. El cuento afirma que cuando sale el sol en la sabana africana ...
... la gacela echa a correr puesto que sabe que tiene que correr más rápido que el león más rápido para sobrevivir. De la misma manera, cuando sale el sol, el león echa a correr puesto que sabe que tiene que correr más rápido que la gacela más lenta para obtener su sustento. Con esas dos premisas, acaba diciendo que da igual si eres gacela o león, cuando salga el sol por la mañana tienes que echar a correr. El problema es que para que esto sea válido los tres actores tienen que tener todas las cosas muy claras y esto a menudo no ocurre. Veamos el ejemplo.
Si la gacela echara a correr hacia el lugar donde se encuentran los leones, entonces el león no tendría que correr puesto que le llevan el desayuno a la cama. Si lo vemos desde otra perspectiva y decimos que es el león el que corre hacia el lado opuesto al que se encuentra la gacela. Ésta no tendrá que correr puesto que el león acabará muriendo de hambre.
Pero y si alguien sin pensar después de oir este cuento (me refiero al tolondrón) echa a correr de repente sin saber a donde va. ¿Qué ocurriría? Pues probablemente -lo dice Murphy- acabaría siendo arrollado por la gacela que huye del león y éste al ver una presa más fácil dejaría de perseguirla para centrarse en el tolondrón.
Está muy bien ponerse en marcha. pero siempre debemos saber hacia donde vamos y como nos vamos a dirigir allí. Hay que tener un objetivo y un plan y después, comenzar a andar. 

"Hay que saber andar antes de correr".