jueves, 13 de diciembre de 2012

La declaración irresponsable


Hace unos meses alertábamos de los problemas que podía acarrear la llamada "declaración responsable" que fruto de un "laissez faire" imprudente han defendido y convertido en norma algunas administraciones para tapar la laxitud de sus actuaciones.

No creo que haga falta sufir una crisis para saber que la falta de ética en las actuaciones tiene consecuencias negativas para una sociedad. Pero tampoco es necesario pensar mucho para darse cuenta que ante una falta generalizada de ética la declaración responsable no es más que un eufemismo cuyo verdadero valor es eliminar la ya precaria seguridad jurídica existente.


La vida en sociedad y la vida económica por más que se hable de sistemas lleva asociado de forma ineludible unas reglas de juego, las que sean, que deben ser amparadas y defendidas por la ley y por las instituciones públicas que son las que deben hacer valer esa ley. El establecimiento de una declaración responsable sin la prudente y rápida actuación de la administración lleva como consecuencia la vulneración de las reglas de juego, ya que permite la discrecionalidad de las actuaciones administrativas, con la consiguiente aplicación de la norma de forma arbitraria conforme a intereses particulares. Además, va contra la competencia por ese mismo motivo. 

Pero lo más grave es la no subsidiariedad de la administración en el caso en el que se produzcan efectos "no deseados". Es como decir que la administración no tiene responsabilidad por no haber realizado su trabajo en tiempo y forma. Quizás no sea el mismo caso en términos jurídico-administrativos pero, ¿la petición de perdón de la Alcaldesa de Madrid por haber confiado en una empresa que al parecer no merecía esa confianza resuelve algo?

No sería más correcto haber hecho las comprobaciones necesarias con anterioridad, aunque el negocio no le saliera tan redondo a la administración, que lamentarse posteriormente por lo sucedido. Sabiendo que la declaración más responsable que he oído es la de una persona que hoy transita por los juzgados cuando dijo: "Si los demás lo hacen por qué no yo? ¿No sería hora de rectificar y poner en marcha las condiciones necesarias amparadas en la seguridad jurídica, que permitan a los actores tomar las riendas de una economía que banca y política han puesto a la deriva? No se debe elevar a los altares la declaración irresponsable para maquillar algunas cifras y luego echar balones fuera.

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